Por qué las startups lideradas por mujeres sobreviven mucho más

Por qué las startups lideradas por mujeres sobreviven mucho más

Solo el 16% de las startups están lideradas por mujeres en España, según las cifras de W Startup Community. Sin embargo, tienen el doble de supervivencia. El índice de mortalidad de los negocios emprendidos por mujeres es del 29%, frente al 56% que lideran los hombres.

¿Por qué? La consejera independiente de varias empresas y autora del libro Emprendedoras, Teresa Alarcos, afirma que “es un patrón que se repite en todos los países”. Además, es también la fundadora de W Startup Community y asegura que las conclusiones de sus estudios son las mismas que en Estados Unidos, Francia o Alemania. “Las startups de mujeres duran más tiempo, son más solventes, se endeudan menos y, cuando se apalancan, devuelven mejor los créditos”, explica.

Ante estos resultados, achaca la ausencia de mujeres emprendedoras a la enseñanza que reciben desde pequeñas y enumera tres factores: “Primero, tu vocación y tu propósito. Segundo, que en esa vocación y ese propósito encuentres el camino, porque si no ves a nadie que te lo enseñe, no sabes por dónde ir. Y tercero, que en Europa todavía se ve como un camino loco el ser emprendedor”.

La fundadora de la solución de gestión y procesamiento de imágenes Batchor, Inma Arteaga, eligió ese camino hace cinco años. Ahora, con 31, asegura que ha “ganado mucho en seguridad”, pero identifica esa falta de confianza como uno de los motivos que frenan a las mujeres a la hora de montar sus negocios. “Se lo piensan muchísimo más, tienen que tenerlo muy claro. Eso da lugar a una mayor supervivencia porque las que finalmente se lanzan a ello tienen capacidad de gestión y toda la motivación y el empeño en que siga adelante”, reconoce.

La falta de seguridad también juega un papel determinante a la hora de conseguir inversión, ya que, como indica Arteaga, “es muy importante ser convincente, porque si no te lo crees tú, nadie va a apostar por tu empresa”. Aun así, para la directora de Let’s Coder, Olga Boisán, las dificultades de financiación para las mujeres van más allá. “El acceso a la financiación resulta mucho más complicado para la mujer, con lo que acabamos teniendo startups más pequeñas y buscando rondas de financiación inferiores a las que suelen buscar los hombres. Casi todos los inversores son hombres y eso dificulta aún más llegar a la financiación”, confiesa.

Brecha digital

Su proyecto, Let’s Coder, es un bootcamp que nació con el objetivo de satisfacer la creciente demanda de programadores. A día de hoy, además de ser un referente desde hace más de un año, Boisán es la única mujer de la empresa. “Al trabajar dentro de un sector muy tecnológico y de tradición masculina, me encuentro rodeada de hombres, pero, además, la mayoría de los alumnos que se apuntan a nuestros bootcamps también lo son. Solo un 20% son mujeres”, lamenta.

De hecho, la cifra de emprendedoras es aún más baja en el caso de los negocios digitales, situándose en el 14%. Sin embargo, el emprendimiento digital y tecnológico es precisamente el principal motor de creación de valor en la economía en las últimas décadas, con una industria de 2,8 billones de euros, según el informe 2018-19 del Foro Económico Mundial. Por eso, la directora de Womenalia, María Gómez del Pozuelo, insiste en la necesidad de visibilizar referentes femeninos en estos ámbitos. “Los límites nos los ponen nuestros miedos, nuestras dudas e inseguridades y nuestros muchos siglos de cultura que han pretendido dirigir y delimitar nuestros pasos hacia el cuidado del hogar y de la familia, lo que nos ha restado opciones y oportunidades”, sostiene.

Equiparar la proporción de empresas lideradas por hombres y mujeres, dicen, no solo supondría un éxito en el terreno de la igualdad de género, sería también una victoria para todo el tejido empresarial. “Si hubiera más mujeres que emprendieran, crecería el PIB de los países dos o tres puntos”, sugiere Alarcos. En este sentido, Gómez del Pozuelo asegura que “las empresas que presentan un mayor ratio de diversidad tienen un 25% de probabilidades de conseguir resultados financieros por encima de la media”. Diversidad, esa es la clave para Arteaga: “Llegaríamos a soluciones que aporten más valor, porque si quienes toman decisiones son gente más diversa, con otros puntos de vista, probablemente nos ayude a construir un tejido empresarial más positivo para la sociedad”.

 

 

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