Emprendedoras: las líderes que cambian el mundo en la era digital

Emprendedoras: las líderes que cambian el mundo en la era digital

Emprendedoras. Las líderes que cambian el mundo en la era digital’ nace de mis experiencias y vivencias de los últimos seis años, en distintos países, ecosistemas emprendedores globales. De una vuelta al mundo en distintos contextos, muy unidos al propósito de dar visibilidad a proyectos disruptores fundados por mujeres alineados con la Agenda 2030.

No se puede crear un mundo igualitario y sostenible, si no se activa el Objetivo de Desarrollo Sostenible número cinco (igualdad de género) y ponemos este ODS en el centro, como prioridad. Así, una vez alcanzado o en el camino, podremos activar los otros 16 objetivos alrededor de éste, si es que queremos encontrar soluciones innovadoras de verdad. Las mujeres tenemos que estar en los foros donde se toman decisiones y en las empresas, startups que diseñan la nueva era, y sociedad que irrumpe con fuerza a alta velocidad.

Hasta tal punto es importante, que 1945 que se fundó Naciones Unidas, en 75 años de historia, con nueve mandatos ya en su historia, no ha habido ninguna mujer secretaria general. Sin duda hay muchas líderes en distintos ámbitos, que podrían optar a ese cargo, así existiría aún más empuje en esta causa que a todos nos atañe.

Hemos leído decenas de estudios de las Big 4 realizados en países de la OCDE, en los que se preconiza la gran necesidad de integrar la diversidad como fuente real, y medible, de creación de valor. Queda un gran trayecto por recorrer, y más aún en esta sociedad donde las posiciones más vulnerables en las empresas y más susceptibles de digitalizarse son las ostentan las mujeres. Unido a la pandemia, hemos dado un paso atrás del que debemos revertir con urgencia, si cabe con la fuerza del rayo, en una maratón elevada a infinito.

En mi libro, hago un recorrido sobre los descubrimientos en el último decenio, como si de una aventura estuviéramos hablando y cómo hemos cambiado como sociedad. Por otro lado, cómo las empresas están adaptando su estrategia digital, y cómo desde el consejo de administración a un largo plazo emergen valores con fuerza como la diversidad, la sostenibilidad. Todo ello en un camino hacia lo que el profesor Porter, de la Harvard Business School, anticipó y llamó hace años como el shared value, que emerge imparable donde parte del valor generado por la empresa revertiría a la sociedad.

Actualmente,las startups conforman una industria de 2,8 billones de dólares, con un crecimiento del 30% anual, según el último informe publicado por el WEF. Si las mujeres emprendieran más, ¿a cuánto ascendería esa cifra? ¿Cuántos puestos de trabajo se crearían? ¿Cuánto bienestar se generaría?

En ‘Las líderes que cambian el mundo’ doy voz a estas preguntas y a muchas otras relacionadas con la presencia de la mujer en esta cuarta revolución industrial que estamos viviendo, la tecnológica. A través de veintiún ejemplos reales de mujeres emprendedoras de éxito, asistimos a un profundo análisis de la brecha de género digital, pero también a una reflexión sobre lo que implica ser emprendedora en la actualidad, sobre los fracasos y los éxitos, sobre los efectos de la pandemia en la industria de las startups digitales y sobre el futuro de las mismas.

Además de igualdad, hablamos de economía, de creación de valor, y os pongo un ejemplo de las startups incubadas en el MIT. En el caso en el que los fundadores sean varones tienen un éxito del 75%, y en un 90% en el caso que sean mujeres, datos frescos que nos dieron en la Fundación Rafael del Pino la semana pasada.

Este patrón se repite en otra proporción en el estudio que realizamos sobre emprendimiento digital femenino, el primer estudio que se hace en esta línea gracias a ONTSI, Red.es y el Instituto de las Mujeres: las startups fundadas por mujeres tienen mayor durabilidad, mayor solvencia, menor apalancamiento, mayor rentabilidad… Si esto es así, más pronto que tarde el capital será sin duda el que nos ayude a alcanzar esa igualdad.

Sin embargo, a pesar de estos datos, la inversión es escasa y se ha identificado un sesgo en varios estudios de las universidades top que coinciden con el nuestro. Hay inercias que cuesta revertir: en el libro se ejemplifica el caso de los procesos de elección de músicos de la Filarmónica de Viena como buena práctica de hacer audiciones a ciegas, poniendo así la atención y fijarse solo en el talento.

Las buenas noticias son que cada vez más mujeres son inversoras o business angels, aunque en su mayoría en la actualidad sean hombres. Un ejemplo de pioneras son Ana María Llopis de Women Steam, o Eugenia Girón de Rising Tide. El que el presidente de Ascri, Aquilino Peña, invite a más mujeres a probar ser emprendedoras, o que Laura González Molero, presidenta de la APD indique que lo femenino y digital marcarán el SXXI; o que Antonio Abril, subraye que “ los liderazgos meritorios y disruptivos de la mujer, son asignaturas pendientes” o que Pilar Manchón diga que “las historias de éxito de mujeres son muy escasas”; son signos de que algo hemos de hacer como sociedad, desde el cole a la universidad o las empresas…

Tan solo una veintena de varios miles de unicornios que existen en el mundo han sido fundado por mujeres… Por ello hablamos de 21 casos de emprendedoras que explican sus motivaciones más profundas para emprender, su motor, modelos de negocio. También tenemos el honor de contar con tres de esos unicornios (empresas disruptivas que facturan más de 1000 millones de dólares).

Hannah F. Buchan califica este libro como pionero y oportuno. Señala el camino a seguir para emprender, que no es fácil y por ello debemos estar unidos, sabiendo que es un camino duro con grandes subidones y bajadas en barrena. Pero es que tenemos que estar ahí, innovando, creando valor, mejorando y democratizando cada vez más esta sociedad cambiante.

Y si no fijémonos en lo que dice Bill Aulet, profesor del MIT: “Solo los emprendedores sobrevivirán en un mundo que cada vez más rápido”. Y no hay marcha atrás, así que pongámonos las pilas y activemos nuestra creatividad para ser un referente y faro en temas de emprendimiento femenino.

Finalmente, se me ocurre para animar a la audiencia este comentario. Siempre se decía que en la vida, antes de dejar el mundo terrenal, deberías haber plantado un árbol, haber tenido un descendiente y haber escrito un libro. Yo añadiría que además no nos vayamos sin haber construido y fundado una startup, un sueño materializado que nos mueva, y que tenga un propósito profundo.

Así, las mujeres formarán parte de esta cuarta revolución industrial de forma activa, serán líderes y participarán en el diseño de las plataformas de esta era digital. Y para ello como dice una de nuestras emprendedoras principales, Ruth Nwanko, “debemos prepararnos y formarnos en temas tecnológicos”. Añade: “Si queremos montar una startup, sobre todo que el miedo no nos detenga para alcanzar nuestras metas, ser valientes y afrontar los fracasos como un aprendizaje para crear esta cultura de innovación que los celebra”.

Soy optimista, y positiva, ya que ahora más que nunca estamos viendo como esta mitad de talento escondido está emergiendo, y provocando el interés que merecen por sus proyectos y sus vidas, para “inspirar tanto para hombres como para mujeres”. Así lo indica el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, en el prólogo del libro. Que el papel de las pocas emprendedoras digitales que existen no sea silenciado, ni quede en la oscuridad, como ha ocurrido a lo largo de la historia con grandes inventoras, artistas, filósofas… Porque no se puede prescindir de la mitad del talento y, en consecuencia, deben darse a conocer estas historias de éxito que sirven de ejemplo a seguir para todos.

 

Fuente: https://www.elespanol.com/

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